COMO NACIERON LOS DEMONIOS:
Dios originalmente creó a todos los ángeles, algunos de los cuales después se volverían demonios:
“Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho” (Juan 1:3).
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:16).
Su posición original y caída
Los demonios eran originalmente como los otros ángeles de Dios con la misma posición y atributos al igual que los buenos ángeles. Cuando Satanás se rebeló contra Dios, una porción de los ángeles participó en su rebelión. Dios los expulsó del cielo junto con Satanás. Ellos no fueron más seres espirituales del bien (ángeles). Se volvieron seres espirituales del mal (demonios).
Si los demonios no son ángeles “caídos”, entonces no tenemos otra explicación bíblica para su existencia. Satanás no puede crear sus propias fuerzas, porque todas las cosas fueron creadas por Dios. Existen dos grupos de estos ángeles caídos. Un grupo está activamente opuesto a Dios y Su pueblo sobre la tierra. Otro está confinado en cadenas:
“Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a prisiones de oscuridad, donde están reservados para el juicio” (2 Pedro 2:4).
“Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propio hogar, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día” (Judas 6).
Existen demonios confinados y demonios activos. El líder de ambos grupos es Satanás, quien es llamado el Príncipe de los demonios (Mateo 12:24). El infierno está preparado para el Diablo y sus ángeles. Será su destino final:
“Entonces dirá [Jesús] también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:41).
Cuando Jesús confrontó a dos hombres poseídos por demonios, su respuesta fue:
“Y clamaron diciendo: —¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?”(Mateo 8:29).
Los demonios en los hombres poseídos conocían que su destino final era un lugar de tormento eterno. Desde que el infierno es un lugar de tormento y fue preparado para Satanás y sus ángeles.

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